
La nueva plataforma de “libertad de expresión” de Elon Musk, X (anteriormente conocida como Twitter), ha vuelto a suspender la cuenta de Isabel Peralta. Tras ser restablecida en febrero, en dos meses la cuenta de Isabel había acumulado casi 20.000 seguidores.
Se toleran cualquier cantidad de cuentas antiblancas y antieuropeas, incluyendo las de apologistas del genocidio como el infame Alexander Dugin, quien ayer pidió el nombramiento de un papa negro porque (en palabras de Dugin) “los negros son menos fraudulentos que los blancos”.
Pero para el hipócrita Musk y sus secuaces de X, el “racismo” es aplaudido siempre que sea antiblanco, y el genocidio es aplaudido si lo cometen israelíes contra palestinos o rusos contra europeos.
Lo único que temen Musk, Trump y sus correligionarios de “Israel Primero” en todo el mundo es el nacionalsocialismo.
Como escribió Isabel anoche tras enterarse de su última suspensión de X:
“Nosotros no somos una URL ni un apodo en RRSS, somos una idea viva que se dirige al triunfo y su avance es irrefrenable. Podréis borrarnos las cuentas, podéis eliminar nuestras tumbas, prohibir libros, negar la historia… pero no borraréis nunca nuestro nombre.”